viernes, 25 de febrero de 2011

Mein Salz

Tengo un montón de cosas que no extraño para nada de Colombia, entre otros porque aquí justamente no las hay.




O las había. Claro, no hay nada perfecto y yo ya soy insider que puede ver las grietas. Pero eso de que alguien comience a triunfar en política nada más por caribonito y por su noble origen (el sr. es noble, en Alemania los hay, cómo no, comenzando por los English Royals, sí, remember que el marido de Carolina de Mónaco también es otro noble alemán) no deja ser sospechosillo.

Hablo del actual ministro federal de Defensa. Su mujer también es atractiva y no se le da nada aparecer en los shows de RTL (el RCN alemán) diciendo babosadas en pro de la niñez. Filiación política: conservador, of course. Es pro intervención alemana en Afganistán, visita a la tropa allá de vez en cuando (a veces con su mujer), ya le ha tocado capotear algunos escandalillos en el ejército -some friendly fires en Afganistán, dead young navy officers in the school ship- no tanto porque hayan pasado sino porque fueron ocultados. Los resuelve cortando alguna cabeza, sin asumir él mismo ninguna responsabilidad en lo que a todas luces falló.

Pero ahora "se le fue hondo, maestro". A algún ocioso profesor universitario le dio por leer la tesis de doctorado en derecho del flamante ministro, nada más para suspender la lectura al cabo del octavo hallazgo de una fuente copiada sin citar. Internet & co hizo el resto y la estadística ya va en que en mínimo 70% del trabajo se presentó tan curioso fenómeno. El ministro aceptó que cometió errores y renunció voluntariamente al título de doctor. Eso fue antes de que la universidad que lo tituló se lo retirara oficialmente. Un tipo así no debería ser ministro de nada, pero él lo ve de otro modo. A sus 37 primaveras ya suena como posible sucesor de Angie -quien también lo sostiene en donde está, claro-. Algún parecido con el Pincher Arias es mera coincidencia, o no? Tampoco faltan los lambericas defensores, claro, -otro parecido-: el retiro del título no alcanza a salvar a la universidad del mega oso de haberle dado "summa cum laude" a semejante bodrio copypasteado -ejem, digo, escrito- por el ministro cuando ya era parlamentario.

Yo tengo mi nube con lluvia propia que me sigue a todas partes, lo sé, mi bulto de sal a la espalda. Al menos el zu Guttenberg es de algo mejor ver que el tal Pincher.

Primer update del 3 del 3:
Ya podemos hablar del ex-ministro. Alcanzó la decencia para renunciar. Fin de los parecidos en este caso, menos mal.

Segundo update del 3 del 3:
No vuelvo a decir nada. Los lambericas resultaron ser más de los imaginados:

Queremos a Guttenberg de regreso.

No hay comentarios.: